lunes, 7 de octubre de 2013

DIVERSIDAD


Los niños son diversos, son diferentes y los educadores debemos valorar las necesidades de cada uno de ellos, identificar en qué etapa del desarrollo se encuentra, para así poder diseñar un programa de objetivos que se adecue a sus necesidades y, que esté dentro de eso que Vigotsky llamó "Zona de Desarrollo Próximo (ZDP)", es decir, la distancia entre el nivel de desarrollo efectivo del niño (aquello que es capaz de hacer por sí mismo) y el nivel de desarrollo potencial (aquello que sería capaz de hacer con la ayuda de un adulto o compañero más capaz). Nuestra tarea como educadores, consiste en analizar cuál es la ZDP de cada alumno para así poder estimular su desarrollo, ofreciéndole actividades que les supongan retos, para que estén motivados y se tengan que esforzar para alcanzar la meta.

Debemos tener en cuenta la diversidad. Los educadores tendemos a cometer siempre el mismo error, que es valorar las capacidades de un niño en función del "desarrollo teórico", ese que hemos estudiado en los libros. Esto, a mi juicio es un error, porque cada niño tiene un ritmo de desarrollo distinta e, incluso, me atrevería a decir que un desarrollo distinto. Así, en una clase de 3 años, podemos pensar que lo "normal" es que nos encontremos a niños que caminen, que corran, que salten, que puedan jugar sin ningún tipo de problema, que se relacionen, que controlen esfínteres, que coman solos, que se vistan solos, y un largo etc. Pero la realidad es otra, porque en esa clase con niños de 3 años, podemos encontrarnos a niños que no anden, niños que no puedan escuchar lo que les decirmos, niños que no vean nada de lo que les enseñamos, niños que no hablen una sola palabra o niños que no se relacionen.

La diversidad es esto, personas con diferentes capacidades, pero todos personas. Todos tenemos derecho a tener una educación normalizada. Todos los niños tienen derecho a ir al cole con sus amigos y, nosotros, los profesores, debemos facilitarles las herramientas necesarias para que alcancen los objetivos marcados en el currículo educativo.


2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo, el profesor es un gran pilar en el desarrollo de un niño y sería magnífico si supieran adecuarse a las necesidades de cada alumno, una pena que eso no siempre ocurra.

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  2. Pues sí. No sólo esto mo ocurre, sino que muchas veces pasa lo contrario. Me acaba de llamar una madre de un niño con el que trabajé hace 2 años. El niño tiene 5 años y un posible TDAH, sin diagnósticar. Estaba llorando contándome que la profe de su hijo le ha dicho que es insoportable, que se porta fatal en clase, que ella no tiene recursos para manejar al niño y que no aprende nada. Le dijo, textualmente: yo tengo más alumnos y no puedo dedicarme a atender a tu hijo. Teniendo en cuenta que estamos en Noviembre y es alumno suyo desde Septiembre, no me parece ni medio normal que haga una valoración tan catastrofista del niño. Yo le conozco desde que era un bebé. Caminó a los 11 meses y hablaba frases cortas a los 18. Con 2 años y medio era capaz de contarte un cuento sin saltarse ninguna parte y con 3 años y medio sabía los unas 80 palabras básicas en inglés. El problema de esta profesora es precisamente que cree que todos los niños son iguales y necesitan lo mismo. Si fuera más abierta de mente, en vez de sólo fijarse en lo negativo, aprovecharía las cualidades positivas de este niño para guiarlo y facilitar su integración en el grupo y mejorar su conducta y su aprendizaje.

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